The Curse of

Monkey Island

Tipo: Aventura gráfica Idioma: Voces y textos en castellano Precio: 6990 pesetas

Autores: Jonathon Ackley y Larry Ahern Casa: LucasArts (http://www.lucasarts.com)

Sistema: PC con Windows 95, lector CDROM de cuadrúple velocidad o superior, procesador Pentium o superior, 16 MB de memoria RAM (32 MB recomendados), 5 MB disco duro (0.5 MB adicionales por cada partida que se desee salvar), ratón, tarjeta de sonido compatible con DirectSound, tarjeta gráfica compatible con DirectDraw. Requiere DirectX 5.0 o superior (el juego incluye DirectX 5.0). Si deseas jugar bajo Windows NT, pulsa aquí.

¿Pero no has jugado The Curse of Monkey Island aún? Ya sabes... el tercer episodio de la famosísima serie de aventuras iniciada por LucasArts hace ocho años... ¡ocho años, y la gente aún se acordaba del aprendiz de pirata Gybrush, del fantasma Le Chuck y del resto de pintorescos personajes que habitaban la pintoresca visión del Caribe pirata imaginada por el no menos pintoresco Ron Gilbert...! Y es que tanto The Secret of Monkey Island como su continuación Le Chuck's Revenge son juegos míticos que elevaron a LucasArts y al propio Gilbert hasta la categoría de dioses de la aventura gráfica. Desde jugadores arcadianos hasta aventureros puristas que pensaban que aventura gráfica era sinónimo de hez, todos caímos en las redes. Y en una época, la actual, donde las buenas aventuras gráficas brillan por su ausencia (sin contar el malogrado The Last Express, cuya originalidad y calidad nunca dejaré de reivindicar) ha sido todo un placer contemplar las encontradas reacciones que el último y esperadísimo engendro de la serie, The Curse of Monkey Island (en dos palabras Monkey 3), ha causado entre el público.
Para algunos Monkey 3 es la gloria, la mejor aventura de los últimos años, un juego ingenioso y divertido, impresionante técnicamente y que sabe estar a la altura en todo momento. Para otros no es más que un paso atrás en la casi impecable producción aventurera de LucasArts. Sea como sea, y para todos aquellos que me honráis leyendo estas líneas (¡hola papá!, ¡hola mamá!), pasaré a comentar mis impresiones sobre todo este asunto.

Como parece ser menester en este tipo de comentarios, explicaré brevemente el argumento del juego. Al comienzo, Guybrush se encuentra a la deriva en el mar, flotando en un coche de feria y matando las horas, la sed y el hambre intentando poner orden a sus recuerdos sobre los hechos acontecidos durante sus desventuras anteriores. Todo parece perdido, pero al final Guy llega a una isla donde casualmente se encuentra Elaine. Gubrush le pide que se case con él, entregándole un anillo de compromiso de procedencia dudosa... y que resulta llevar incrustada una maldición que transforma a Elaine en una estatua de oro. Revertir la maldición de Elaine es la excusa utilizada por el juego para llevar a los jugadores por un largo y en algún momento tortuoso camino de problemas, puzles y obstáculos, tras el cual el juego da un giro y se centra en el enfrentamiento entre Le Chuck y Guy y la explicación a algunos interrogantes que dejó abiertos Monkey Island 2. Hablo de un giro, porque, realmente, todo el tema de la maldición del anillo, una vez concluido, no tiene ninguna trascencencia en la parte final del juego y hace que la trama quede algo sesgada.

Los autores Larry Ahern y Jonathon Ackley manifestaron durante la producción del juego su intención de retener la no linealidad en el desarrollo que ofrecían Monkey 1 y 2, para permitir que el jugador bloqueado en una situación concreta pudiera seguir jugando por otro camino y volver a ella más tarde. Lamentablemente he de decir que esto no es posible en Curse (cuyo diseño me recuerda más al de, pongamos, Sam & Max Hit The Road) y que para avanzar hay que ir resolviendo los rompecabezas siguiendo un orden bastante poco flexible. Eso sí, tampoco estamos ante un juego tan lineal como el reciente Broken Sword II, donde en todo momento la acción se reducía a tres o cuatro localidades y otros tantos objetos. Durante las secciones más largas de Monkey 3 podemos explorar con bastante libertad varias islas, pero el orden de resolución de los problemas está bastante marcado.

Como se estila en los últimos lanzamientos de LucasArts, la presentación del juego pretende emular una película de dibujos, y la verdad es que lo consigue. La animación de los personajes está muy conseguida y se integra a la perfección en los fondos, que están muy bien acabados y tienen un luminoso colorido pleno de contrastes. Un más que aceptable doblaje al castellano de todas las voces y la agradable música, que incluye nuevas versiones de algunos temas clásicos de la serie, son la guinda que completan un pastel con el que saciar nuestra vista y oídos. Lamentablemente nos han llegado noticias de que en la versión española del juego se ha eliminado una divertida secuencia durante la transición entre los capítulos tres y cuatro. ¡Vaya chasco!

Para motivar a Guybrush (quien, por si aún no lo sabías, es el personaje que manejamos en el juego) en las acciones que nos gustaría que llevara a cabo, disponemos de un interfaz similar al de Full Throttle. Movemos el puntero por pantalla buscando los objetos que podemos manipular. Cuando el puntero se ilumina, dejando pulsado el botón izquierdo del ratón aparece un pequeño menú que nos ofrece tres opciones: ojo (para examinar), boca (representa las acciones hablar, comer, morder, ...) y mano (coger, dar, usar, ...). Dicho menú también permite manipular los objetos del inventario que aparecen cuando pulsamos el botón derecho del ratón. Es posible seleccionar los objetos para utilizarlos sobre elementos del entorno o para intentar combinarlos con otros objetos del inventario. Para las personas a las que este sistema les parezca demasiado tedioso, existe la posibilidad de utilizar el teclado para acceder directamente a las acciones.

En cuanto a los personajes, hay que reconocer que los artistas de la Lucas han hecho un gran trabajo y han conseguido mantener el espíritu de lo sprites originales. Especialmente conseguido Guybrush, aunque algo más alto y flacucho, sigue siendo el divertido pardillo de antaño. Elaine se presenta como una mujer algo más neurótica y menos expeditiva que de costumbre. Y respecto a Le Chuck... si bien sigue siendo el canalla de siempre, esta ocasión muta a zombi retorcido algo más chulesco de lo habitual.

Dos de los aspectos más cuidados en las aventuras de LucasArts son los puzles y los diálogos. Los diálogos de Monkey 3 son bastante graciosos y entretenidos, aunque no son ni mucho menos tan ingeniosos e innovadores como los de sus predecesores, y quedan lejos de aquellas desternillantes luchas de insultos en Monkey 1 o de las divertidas disquisiciones de Herman Toothroot en Monkey 2. Los puzles no son tan complicados como en Monkey 2, pero tampoco son fáciles. El interfaz ofrece tres opciones (ojo, boca, mano) que resultan muy genéricas y nada explícitas (por ejemplo 'mano' engloba a los antiguos dar, coger, abrir, cerrar, encender, apagar, usar, empujar, tirar), por lo que en ocasiones el modo concreto en que un objeto se usa puede resultar del todo inesperado.

Oficialmente el juego solo funciona bajo Windows 95 pero también es posible correrlo bajo las últimas versiones del NT (pulsa aquí para ver cómo); eso sí, en ambos sistemas es requisito impepinable tener el DirectX versión 5.0 o superior instalado y funcionando. DirectX es un conjunto de librerías creado por Microsoft para ofrecer a los programadores de juegos una interficie de acceso al hardware eficiente. Lamentablemente se trata de un software bastante nuevo y da todo tipo de problemas de configuración, especialmente a los que poseen equipos con hardware poco estándar. La moraleja de este párrafo es que antes de comprarte el juego pruebes que el DirectX se instala y funciona sin problemas en tu ordenador.

Inicialmente solo hacen falta unos pocos de megas de espacio libre de disco duro, pero cada partida salvada ocupa medio mega adicional. No hay la posibilidad de instalar en disco duro parte del contenido de los CDs para acelerar el rendimiento del juego, cosa que sería de agradecer pues en algunos momentos las animaciones dan algunos parones.

Este comentario quizá da la impresión de que Curse of Monkey Island no es ninguna maravilla, y eso no es demasiado justo. ¡Estamos comparándolo con dos de las aventuras más míticas de toda la historia! Pese a todas mis críticas, ninguna demasiado grave, he de decir que el juego es un digno sucesor de la serie y que es de lo mejorcito que he visto en los últimos meses. Sin ir más lejos, ha sido por votación popular el ganador del premio Meristation Magazine a la mejor aventura de 1997, y ha llegado a obtener altas puntuaciones en distintos reviews (por ejemplo un 88/100 en PC ZONE o un 96/100 en Just Adventure). Ahora sólo nos queda esperar a Grim Fandango y, quién sabe, a Monkey Island 4...


Lo mejor:

La parte audiovisual.

Lo peor:

Las comparaciones (con sus predecesores) son particularmente odiosas (por dolorosas).

Cosas que se han dicho:

"¡Ahora ya puedo llamar a la serie 'Trilogía Monkey Island'!" -- Nancyman.

"Puedes escoger modo fácil o difícil para los puzles, y lo mismo para el capítulo 3, que es una secuencia de acción que incluye luchas de espadas estilo Monkey 1 y batallas navales que bien podrían parodiar "Pirates!" de Mircroprose. De todos modos, he que decir que, si no haces trampas y escoges los puzles difíciles *y* las batallas más difíciles, tendrás las treinta horas de partida que la caja del juego proclama. Jugadores expertos / novatos podrían encontrarlo más corto / largo, desde luego. En mi caso, soy una de las personas que se lo acabó en un mero fin de semana, aunque, en modo fácil tanto para puzles como para las secuencias de acción. (...) De cualquier forma, es un agradable juego que recomiendo sinceramente; como dije en un review por ahí, no me pareció tan hilarante como Sam & Max, pero es el que más me ha hecho reír desde entonces, lo cual es mucho" - Techtite.

"Espero que sea el último juego para LeChuck. Por muy divertido que fuese el personaje, está empezando a cansar. Yo voto por que retomen a Murray como el principal villano en el próximo juego. Murray es sin duda el personaje más divertido en Monkey 3 y al fin y al cabo no paró de vociferar que iba a conquistar el mundo. ¡Apártate Lechuck ahora hay una nueva fuerza maligna a tener en cuenta BAH HA HA HA!!!!" -- Peter.

"Ninguno de los puzles es demasiado difícil o carente de lógica, en mi opinión. Todo tiene su lógica, su propio tipo de lógica. No necesariamente la lógica que uno usaría para resolver esos problemas en la vida real" -- Hatal.

"... es un buen juego, probablemente el mejor del año. Pero no creo que esté a la altura de sus predecesores. Recuerdo haberme reído histéricamente constantamente mientras jugaba Money Island 1 y 2. Y este juego, aunque tiene algunos momentos divertidos, y algunos simplemente histéricos, no parece tan consistente como los dos previos. Y creo que el combate de insultos no era tan ingenioso como en el primero. En fin, no lamento haberlo comprado, pero la impresión que obtuve leyendo este grupo hizo sonar el juego mucho mejor de lo que realmente es. La única verdadera queja que he oído es que el juego era demasiado corto. Aunque eso es cierto, se me ocurren otras cosas que también podrían decirse. Quiero decir, se me ocurrían respuestas más ingeniosas que las que aparecían en pantalla. Bueno, aun así me gustó" -- Snowlock.

Almendruco's Truco: Curse y Windows NT

Oficialmente Curse no funciona bajo Windows NT, pero si tienes este sistema operativo con DirectX instalado podrás jugar siguiendo los siguientes pasos:

  1. Ignora el programa de instalación del juego.
  2. Crea en tu disco duro un directorio para salvar las partidas (por ejemplo C:\JUEGOS\CURSE)
  3. Copia el archivo COMI.EXE (incluido en el directorio \INSTALL del primer CD de Curse) en el directorio de tu disco duro (C:\JUEGOS\CURSE)
  4. Crea un acceso directo a C:\JUEGOS\CURSE\COMI.EXE
  5. Modifica las propiedades del acceso directo y pon como directorio de inicio la letra de tu unidad de CD-ROM (por ejemplo, D:\)

Utiliza el acceso directo para arrancar el juego.

The Curse of Monkey Island, un comentario de Raúl Álvarez García.

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