Dráscula

  • Tipo: Aventura gráfica
  • Casa: Alcachofa Soft
  • Autores: Emilio de Paz y equipo

¿Tan cara y compleja es la producción de aventuras gráficas? ¿Está solo al alcance de grandes productoras de software capaces de invertir dinero y recursos humanos a mansalva? ¿Hay sitio en el mercado para una pequeña compañía española? Alcachofa Soft son todo un ejemplo de lo que las ganas y el talento pueden llegar a hacer...

La verdad es que instalé Dráscula con cierto escepticismo, poco atraído por la premisa aventura gráfica cachonda parodiando al clásico personaje, con la única curiosidad de ver de qué eran capaces esas gentes que usaban un nombre tan distintivo como Alcachofa Soft. Así que entenderéis mi sorpresa al cargar el juego y empezar a pasarlo bien. La misma noche en que empecé a jugar ya había llegado al final, no en vano se trata de un juego extremadamente corto y fácil, pero, al fin y al cabo, no hay ninguna sagrada tabla de piedra con el mandamiento grabado 'toda aventura será difícil' y, por lo que respecta a la poca longitud, también hay que recordar el poco dinero que valía el juego.

La historia transcurre durante el año 1993. El Conde Dráscula ha trazado un disparatado plan para conquistar el mundo mediante un ejercito de cadáveres devueltos a la vida (a lo Frankenstein). El protagonista es John Hacker, quien llega a Transilvania para gestionar la venta de unos terrenos en Gibraltar que Dráscula quiere utilizar como escondite durante su hipotética gesta... y acabará convirtiéndose en la persona que intentará desbaratar los diabólicos planes del succionador de sangre.

Sin duda ésta es una aventura gráfica de la vieja escuela, de aquellas en las que primaba el guión y la diversión sobre las florituras visuales. Además de contar con un argumento divertido y con un humor muy de aquí Dráscula llega a brillar durante algunas escenas impagables que sin duda alguna hacen que valga la pena jugarlo.

La puesta en escena recuerda un poco a la de las aventuras de LucasArts. Fondos y personajes VGA dibujados con un estilo muy cómico y una interfaz que es un cruce del SCUMM de Lucas y el antiguo sistema por iconos de Sierra: al mover el cursor hasta la parte superior de la pantalla aparece un menú con los verbos (IR A, MOVER, COGER, ABRIR, CERRAR, HABLAR) y al elegir uno el cursor se transforma según el verbo elegido. Por otro lado, al pasar el cursor por encima de un elemento interactivo, su nombre aparece para indicarnos que podemos interactuar con él. El botón derecho del ratón permite acceder al inventario, de manera análoga a juegos como The Dig o Curse of Monkey Island.

Emilio de Paz, autor del juego, se encargó también de componer la música, que viene grabada en pistas de audio del CD y que incluye tres divertidas piezas cantadas. Debido a que la música se lee directamente del CD, hay que instalar todo el juego en el disco duro (incluyendo los archivos con las voces de los personajes), por lo que en total hacen falta unos 60 megas de espacio (toda una menudencia comparada con la gula de espacio de disco de otros juegos actuales como el giga-buster Blade Runner).

Si bien el escenario es mínimamente abierto y desde el principio nos permite visitar unos cuantos sitios diferentes, el desarrollo del juego es bastante fácil y lineal; por eso no cuesta nada dar en cada momento con la acción que nos permite avanzar. Y como se trata además de una aventura realmente cortita, en unas cuatro o cinco horas es posible completarla, aunque todo eso depende del estilo de juego que uno lleve: un machaca revientaventuras cuyo único objetivo es llegar al final y borrar el juego del disco duro podrá liquidar la faena como una exhalación; un aventurero más curiosón podrá sacarle un par de horas extra de diversión. Así que Dráscula es una aventura ideal para aventureros recién iniciados o para aquellas personas que no gustan de estrujarse los sesos con rompecabezas retorcidos. Y probablemente también será del agrado de todos los veteranos sin prejuicios aventuriles y con un poco de sentido del humor. A mí me hizo pasar una agradable velada.

Raúl Álvarez

[Volver]